sábado, 21 de diciembre de 2019

La Década de los Océanos, una enorme y urgente necesidad




La ONU señaló el período 2021-2030 como la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible. Se trata de acelerar la investigación, pero también de concienciar a la sociedad del planeta agua, más del 70% de nuestro planeta, regulador de  las condiciones que soportan nuestra existencia. 

Los esfuerzos para investigar este medio son insuficientes, entre el 0,04% y el 4% de los fondos de I+D+i, dependiendo de los países.  Se ha explorado apenas el 5%, necesitamos conocer el resto para 2030. Necesitamos explorar su biodiversidad, así como vigilar su evolución y entender los procesos que la condicionan. 

El océano responde como termostato, almacenando más del 93 del exceso de calor generado como consecuencia de la actividad humana, al mismo tiempo que absorbe CO2 y produce más de la mitad del oxígeno que respiramos. Pero su capacidad de regulación no es infinita, se está calentando y se está acidificando, produciendo impacto en los delicados equilibrios que mantienen los ecosistemas naturales. Es necesario vigilar y disponer de evidencias para anticipar los principales problemas que se producirán. Es imperativo también conocer y explorar qué soluciones basadas en los procesos oceánicos serán viables para mitigar o revertir en lo posible esta situación.


El océano ha sido usado como si fuera algo inagotable en su capacidad de producir servicios para la humanidad, sin que sus usuarios sean plenamente conscientes de los efectos asociados y sin asumir el costo de su aprovechamiento. La próxima década es también una llamada al uso responsable y sostenible de los océanos. El conocimiento y la tecnología van a desarrollar enormes oportunidades en el medio marino para la producción de energía, alimentos, ocio, servicios de transporte o de producción de nuevos compuestos químicos de enorme utilidad. Sin embargo, es preciso modular este aprovechamiento en principios de conservación y sostenibilidad, estudiando causas y efectos, generando evidencias experimentales que puedan suministrar datos en los que basar la toma de decisiones, para sustentar nuevas actividades, modelos de negocio y conceptos de valor.

Es necesario abordar el estudio de esta frontera de conocimiento de forma transdisciplinar, como contribución orientada y aplicada a los ODS y aprovechando también el impulso y la capacidad de clusterización que tendrán programas internacionales de investigación como el Horizonte Europa. Una gran oportunidad y un enorme riesgo  si no dedicamos suficiente atención y recursos, ahora y de forma urgente. Al final de esta década debemos tener el conocimiento y la tecnología para afrontar los retos en las situaciones de no retorno, buscando nuevos caminos que debemos explorar, ahora, ya en esta década, sino después iremos a ciegas y sin conocimiento.

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